15 octubre 2014

Peripecias


Varias veces al día,
vuelvo a tener un ataque al corazón.
Duermo despierta,
sueño epifanías y tragedias...
Contemplo la inmensidad
sin dejar que me conmueva;
y dejo que la brisa me atraviese
para sentir que aún existo.
 
No quiero nada,
por favor no me pregunten
ni me traigan flores.



No encontré los mecanismos para descontracturarte.

07 octubre 2014

Primavera

Algunas noches me siento en el jardín a buscar la luna y recordar tardes sin fin, esas copas de vino hasta el amanecer, ese viaje de ida hacia el universo entero. Y brindo con la noche, que se vuelve mi peor enemiga, como si me tiraran sal en las heridas.

Llegando al fin de la botella, o sólo al principio, cada tanto sufro un ataque al corazón. Me desarmo sin poder volver a armarme, y me quedo quietecita para que no me lleve el viento. La noche y yo compartimos algo, como una nostalgia de viejos amigos que se encuentran y se quedan en silencio contemplándose.

Ya vendrán los días cálidos, la lluvia de verano, el olor a tierra húmeda en la mañana. Por el momento el viento arrastra las flores, y en silencio me quedo mirando esos remolinos, y voy dejando ir el alma en ellos.