29 septiembre 2008

Soliloquio II

Siempre yo con mi cara de póquer escuchándote en el café…

Desde temprano estar sentada en esa mesa frente a una taza anaranjada, con finas líneas negras armando dibujos que siempre asimilé con redes ferroviarias. Y vos aparecías por la esquina, caminabas por la vereda de enfrente, comprabas el diario y entrabas al café, sin sonrisa y sin sombrero.

Nunca pude entender por qué no te molestaba atravesar media Capital Federal, solo para entrar en un café y sentarte frente a una taza naranja, detrás de la cuál se escondía una chica con cara de póquer que se moría por decirte que te amaba.

Si lo hubieras sabido, tal vez hoy estaría yo frente a una taza verde, con finas líneas armando dibujos que asimilaría con el mar, detrás de esa taza estarías vos, y al fin podría mirarte sin recelo, dejar de lado las tazas, dejar de escondernos, al fin sería tiempo de amarnos completamente; ya sin mares, sin redes ferroviarias, sin peces ni trenes, sólo amarnos.

5 comentarios:

  1. Intenso blog, gracias por tu visita.

    bs.

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  2. De lo mejor que he leído últimamente sobre una historia de amorrrrr. haz de estar con ojos de poesía a mil.
    Bueno ciao, saludos.

    Interesante espacio este, para comentar. Aprovecho este espacio para contarte algo loca; ahora en la madrugada estaba escuchando el mp3 (con 243 canciones en él), en eso me duermo; después de komo media hora despierto y la canción que sonaba era Penny Lane!!, para rematar cuando ésta terminó comenzó Julia..., me quedé "sin aliento", bokiabierto. Fue algo muy chévere (:

    Bueno ahora sí ya me despido jajaja, ciao.

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  3. todo pasa por algo..

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  4. que hermoso texto nati :)

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  5. me encantó..
    si dijéramos todo, las cosas cambiarían? lo dudo..
    Besos, te dije que me encanta leerte!

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