Si abro un ojo veo un planeta, si abro los dos, un universo de objetos mutantes, de personas mutantes. Y con un dedo dibujo algunas estrellas, y algunas nubes cargadas de luz y lluvia trasparente. De chica, creo que nunca pensé en llegar a esto, nunca pude imaginar algo tan común pero tan perfecto. Abrirle un ojo al sol y no quedarme ciega, cerrar despacio los ojos y llorar mil estrellas... y esparcir las cenizas de esas hojas de papel que ya no quiero, de esas fotos que son de otro tiempo, y sentir que el aire las mezcla con la vida que hay en todas partes, y dejar ir algo que en realidad nunca se va porque esta más adentro. Algo que va más allá de todo lo explicable, de todo lo que está escrito en el viento, más allá de cualquier melodía, de cualquier flor, de cualquier poema. Se trata de un poco de sinceridad, de honestidad tan cruda como se pueda dar, de ser tan uno como se pueda ser.
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