Tiene los dedos fríos y los ojos cerrados, su corazón palpita débil...
Arriba brilla el sol, pero abajo se congela el agua. Abre un ojo, la inmensidad es perturbante. Hielo, solo hielo alrededor. Cierra el ojo, casi todo está en silencio, apenas se escucha el aire que sale de su boca, lento, entrecortado.
Escucha un ruido, fuerte, atemorizante. Abre los ojos y contempla la rajadura que se expande a su alrededor. "Es por el peso" dice, y el hielo se quiebra impecable y ella cae.
Cada vez más profundo se hunde, duele el frío que se le extiende por las venas, desde la boca hasta la punta de los dedos. No siente nada, no ve nada, no escucha nada más que un latido lento en los oídos, y después, el silencio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario