Horas, Días, Horas

Hay quienes aseguran que no existe el tiempo, y quienes se angustian porque este se les acaba...
Están los que se pasan la vida entera tratando de entender por qué las cosas cambian, se terminan, desaparecen; y aquellos que sólo viven el aquí y ahora, olvidando absolutamente todo lo demás -quemando recuerdos-.
Algunos dejan todo a la deriva de la vida, dejan que aquellos recuerdos, personas, lugares, momentos, que no sean demasiado fuertes desaparezcan, y que el lugar que ocupaban sea llenado con otros.
También están los que, como yo, creen que es imposible olvidar, y el tiempo no es más que eso, tiempo. Hay tantas cosas que uno cree olvidadas, pero están ahí, en algún rincón de la mente, del corazón, dibujados en la piel... basta con esforzarse un poco, y las cosas vuelven, frescas, eternas.
Los años pasan como trenes, fugaces, y se llevan todo...
Aún así, por suerte, algunas cosas vuelven y prometen quedarse por mucho tiempo más...
La vida siempre va a ser así, incontrolable. Las personas van a ir y venir, las cosas y los tiempos van a cambiar, tu mente y tu cuerpo van a mutar, hasta convertirte en millones de cosas consecutivamente. Pero siempre, debajo de todos esos cambios, detrás de todos esos ademanes adquiridos en el día a día, siempre hay un cuerpo, un ser, que sigue siendo el mismo.

Los años pasan como trenes, fugaces, depende de nosotros encontrar la forma de sobrevivir a esta vida acelerada...