Me guardo en silencio en los arrabales,
desdibujo tus ojos impresos con tiza en las paredes.
¿A dónde vas?, ¿Dónde te fuiste?,
sigues sin llegar a casa.
En la penumbra te nombro y espero,
suspiro a destiempo para no alarmarte.
Hay un momento en el que toda la vida se vuelve a escribir,
y sos eso, una aparición en el desierto.
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