Y en esta madrugada tan común, tan poco especial, yo me desvelo... se me cierran los ojos del sueño pero no me puedo dormir... pienso y vuelvo a pensar en ese vértigo que produce la certeza de que aunque todo esté muy bien, cualquier leve movimiento puede mandarlo todo a la mierda, al quinto carajo.
Importa muy poco el esfuerzo, o las ganas que uno le meta, hay gente a la que no le importa nada, siempre hubo y siempre va a haber gente así. Gente que te deja en banda una tarde, sin un mango en el bolsillo y con el corazón hecho brillantina. Personas a las que no les importa un carajo si te destrozaron el alma por pasarla bien un rato... Da bronca tener que andar por la vida con un cartel en el pecho que diga "cuidame".
Las cosas son así, todo anda perfecto, uno dobla en una esquina y, a lo mejor, si los planetas se alinean, te chocás con un completo extraño y ¡zás! despedite de los buenos tiempos por un rato.
Diciembre.
Me arrancó una risa inflamada de ironía. Ahora, hasta que punto podemos exigir que otro, en el cual no conocemos del todo, en el que depositamos mucha fe, hago énfasis en la palabra fe y en su significado. Por qué tenemos que exigir al otro que nos cuide, cuidarse depende de uno, ya a esta altura tenemos facultades y el deber de soportar nuestras propias responsabilidades.
ResponderBorrarPero también puedo entender ese "cuidame" como un "no me des mas dolor del que ya tengo por mi", ahí lo entendería mas. Cuidarse depende de cada uno, hablo de personas adultas o semi-adultas con responsabilidades propias.
Y lo de que te rompan el corazón, que se yo, son cosas que pasasn, un poco las consecuencias de tanto barullo. Que nunca le deseo a nadie, porque se muy bien de que se trata.
Bipolaridades que todos sufrimos en algún minuto.
ResponderBorrarMe gusta lo que escribes.