Es de tarde, pero no es tan tarde para llamarte y decirte que te quiero. Que recién ahora me animo a decírtelo, que al fin es apropiado pronunciar esas dos palabritas edulcoradas.
Me emociono, marco tu teléfono.
Suena
un tono,
dos,
tres,
cuatro...
contestador. CORTO.
A lo mejor no era el momento. Cosas que pasan.
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