No me cuesta decir lo que siento, y si de amores volátiles se trata, he tenido millones.
Cada persona es un planeta, y me resulta casi imposible no poder encontrarle algo lindo a alguien, algún detalle que te revuelva las células.
Cuando era más chica solía quejarme de la poca profundidad que alcanzaban mis relaciones amorosas, de lo poco que duraba junto a una persona. Me costaba mucho confiar, aún me cuesta bastante.
Hoy, algún tiempo después -
a lo mejor no tanto tiempo si de cantidad se trata, pero muchísimo en cuestión de calidad- me doy cuenta de que la profundidad de una relación no siempre depende de su longevidad, y que vale la pena compartir
vivencias con una persona,
jugarse por amor, decir lo que uno siente... aún si las cosas terminan rápido y mal.
De cada relación que he tenido me llevo recuerdos. Nunca me olvido de la gente.