30 marzo 2012

Alguna noche de Febrero

Soñé con Cortázar, amaba a Cortázar... estaba ahí, pegadita su foto en el librero, estática, grisácea; y yo planchaba unas camisas que un tal Lucas se había olvidado en mi casa.
Cortázar aparecía, arrancaba su fotografía, la miraba con asombro, decía que ese corte de pelo se le veía anticuado; y yo quemaba la camisa de Lucas, le hacía un agujero deforme del que brotaba un humo oscuro y asqueroso que me hacía llorar los ojos y desenfocar a Julito.
"Yo te amaba" le decía... te amaba en las mañanas cuando leía Rayuela sentada en la galería tomando café; me encontraba tan sola... y entre los yuyos del parque veía correr a la Maga, perseguida de cerca por Horacio; y yo te amaba. Amaba tu forma de disipar mi soledad sin saberlo; amaba los personajes que brotaban de tus dedos teñidos por la tinta del talento, la idea de esa dimensión en la que todo era posible, sólo hacía falta escribirlo y entonces era real... al menos de esa manera, entre hojas cocidas que encerraban historias.
Julito sonreía, sonreía y me decía que preparara una tetera, que dejara de planchar camisas y me sentara, que tenía que leerme algo; y entonces el sonido del despertador, y la cara de Cortázar disipándose en la mañana.

29 marzo 2012

Fotograma de un sueño.


Preparé la tetera y dos tazas, encendí un cigarrillo y puse un disco a sonar en el living. Puntual como de costumbre llegó Matías y se sacó los zapatos. No le gustaba mucho el té y yo lo sabía bien... pero era la circunstancia, esa comunión secreta que compartíamos, la que lo hacía sentarse a mi mesa cada domingo y empinarse una tacita de té de jazmín tras otra; y a veces, incluso, pedirme que pusiera otra tetera.

06 marzo 2012

14/3 ✈ LIMA.

Con pasaje en mano y el alma revuelta, al fin...
el Pacífico me espera.

05 marzo 2012

Soñé que miraba el Pacífico, abría los brazos y lloraba. Ojalá sea una premonición.