17 diciembre 2010

Partir

Y uno se sienta, a disfrutar de la quietud de la casa antes del viaje, para no olvidar ese caos feliz.

"Hay que viajar lejos, amando la propia casa "

16 diciembre 2010

Talia: Hace meses que ando con ganas de publicar un maldito libro...
_____¿Alguien se apiadará de mi talento?...


(risas)

15 diciembre 2010

Charlamos

- Tin: Pero entendeme. Nunca te había escuchado. Uno suele hacerse ciertas ideas de lo que no conoce. Que se yo, hasta puedo imaginarte fumando, y a lo mejor no lo haces como yo lo imagino.

- Tali: ¿Cómo lo imaginas?

- Tin: Pitadas muy fuertes, sosteniendo el cigarrillo con la punta del índice y el mayor, y exalando un hilo de humo muy fino que dejas escapar entre tus labios apenas entreabiertos, casi cerrados.

- Tali: A veces fumo así, cuando escribo generalmente. Fumo de muchas maneras, soy de muchas maneras...

- Tin: Yo a veces fumo como Travolta en Tiempos Violentos, jajaja.



Como te quiero amigo, me haces bien.

10 diciembre 2010

Sobre la muerte.

Una ausencia de esas que dejan un vacío enorme e inllenable, profundo hueco triste que chorrea temores y da ganas de llorar.

Eso siento ahora, al enterarme del fallecimiento de alguien tan increíble, tan interesante... una persona que no tuve el agrado de conocer, pero me bastó leer dos renglones de una nota periodística donde anunciaban su muerte y detallaban los motivos para entristecerme.
Sueña extraño, y se siente de igual manera. A lo mejor su partida removió las piedritas del fondo de mi pecera espiritual, y el verdín y la putrefacción que yacían inertes en el fondo ahora se arremolina por todo mi sistema ensuciándolo.

Que alguien se muera, vaya cosa triste. Algo tan habitual a lo que sin embargo no podemos habituarnos.

Algo en que creer.

A veces me confunden los ojos de la gente.
¿En qué creer cuando ya no se puede creer en nada?...

Que desesperación.

09 diciembre 2010

La Rueda de la Fortuna


Talia piensa: 'quizá haya sueños que mejor ni soñarlos'... suspira y camina por El Tigre mirando la enorme rueda de la fortuna. Rueda de la fortuna -repite- rueda... fortuna...

Talia piensa que a pesar de su movimiento constante, la rueda nunca cambia, siempre es igual. Gira y gira sobre si misma como recorriendo un eterno círculo vicioso una y otra, y otra vez.

Talia se entristece. Sabe que ha amado y que no sabe dejar de amar. Entiende que es como la rueda, siempre girando, mirando las cosas de un lado, del otro, desde arriba, desde abajo, pero manteniéndose siempre igual.

Talia piensa: 'siempre he sido igual', pensamiento que le aterra y le encanta. Permanecer inalterable a lo largo de los años es una cualidad gratificante, que te da la seguridad de saber lo que sos sin importar lo que pase. A la vez, habitar dentro de un orden tan intacto desespera.

Talia se pregunta cómo cambiar esas cosas que no le gustan de si misma si no sabe cambiar... mira la rueda de la fortuna y suspira.

Talia entiende finalmente que todo en la vida es así, aparentemente estable, pero secretamente cambiante. La rueda está ahí todo el tiempo, girando, pero a su alrededor el mundo muta constantemente. Así ella, siempre ha sido igual en el interior, en esencia, pero ha cambiado y se ha convertido en una mejor persona.

08 diciembre 2010

Medianoche.

¿Dónde está?...
¿Dónde está el papel que lleva escrita tu dirección postal?.

En estos momentos detesto ser un desorden constante, aprieto el sobre con la mano izquierda y resoplo enojada.

06 diciembre 2010

Cortázar dice...

- Tapala un poco,
no la dejes tan desnuda soñando.

- Besémosla, le duele estar tan sola
vaya a saber en qué aventura...

02 diciembre 2010

Underground -

Ya no vale la pena, nena,
seguir matando por unos ojos
que no te saben mirar...

01 diciembre 2010

Nosotros, vosotros, ellos...

No sabés quien soy, ya no queda ni un vestigio de nuestro amor... por las calles de esa ciudad acelerada ya nadie se acuerda de nosotros, siquiera queda la foto de algún turista que nos vio abrazados.

Vos ya no recordás el color de mis ojos o la forma de mi cara, mucho menos la curvatura de mis labios al decirte que te quiero.

Y en las mañanas pareciera que el universo conspira para que yo te recuerde cada vez más nítido... la forma en la que se te estiraban los labios cuando sonriéndote decías que todo era tan loco, o tu manía por mantenernos siempre cerca como si te diera miedo que me fuera.

Llevo tu recuerdo más intacto que nunca, conviviendo con tu ausencia que a veces me deja en la ruina misma de saberme tan poco especial, tan igual al resto. A veces me culpo por no haber sido más, nunca fui capaz de permanecer en nadie, todos me olvidan y yo me quedo en la angustia eterna de no saber olvidarme de la gente.


Y al final todos nos olvidamos de todos, vos de mi, yo de ellos, ellos de nosotros.