25 febrero 2012

Soliloquio III



A la hora en que el viento castiga,
me diluyendo en un mar de interrogantes
con la sal intacta en los párpados.

No existe superficie alcanzable,
ni manera de viajar a través de los años…
Lo perdido está perdido; lo olvidado, olvidado queda

Dejo de buscarte, regreso, cierro la puerta
y tu voz resquebrajada se va apagando,
como un fósforo prendido en la intemperie.

18 febrero 2012

14 febrero 2012

Algún febrero.


De madrugada corre por los pasillos, sigue el olor del café recién preparado y dobla sin dudar en ninguna intersección. Busca, todo el tiempo busca... no sabe que la estoy soñando, pero va descalza. Tiene un cigarrillo en la mano, colgando se balancea, hipnotizantemente rítmico. Yo la miro, no se bien por qué pero la veo; se aleja rápido, de algo huye, tal vez tiene miedo.

09 febrero 2012

Destripando a Natalia II

Me encanta sentarme en el balcón de algún piso en un edificio y mirar las ventanas iluminadas de los edificios contiguos. Me divierte esa irrupción un tanto naif en la intimidad de la gente; convertirme en un espía silencioso que observa. 
Lo humano de observar y ser observado, de sabernos partícipes de un teatrito de sombras tan íntimo como público. Me fascina la idea, contemplar en solitario, ver las siluetas deformadas a través de las cortinas; cuerpos que se aproximan, sombras que lavan los platos, brazos que sostienen cigarrillos o cuelgan la ropa... Universos, miles de ellos, todos sucediendo en simultaneo, todos para mí.

Palabras de Pedro Aznar para Spinetta.

"Y nunca faltará un mate, ni perfume a malvones. En todos nosotros se queda un pedacito tuyo, serás inspiración multiplicada por millares a lo largo de los años y lo ancho de las geografías. Cambiaste nuestras vidas"

04 febrero 2012

5 -Alcohol II.

Explota el mundo en la vereda,
a través de los cristales miran tus ojos verde niebla
la rima nunca ha sido lo mío
yo construyo sonido, movimientos dialécticos.

Afuera colapso, adentro armonía,
es así como se debe andar por los rincones;
entero, calmado, sin peso que soporten los talones.

Mañanita fresca, mente turbia pero centrada
no hay madrugada que pueda conmigo,
ni alcohol que me nuble el pensamiento,
del pecho para afuera soy puro sentimiento,
y del pecho para adentro, late puro corazón.

(...)