Mientras puedo hundirme doy
hasta la asfixia
hasta vaciarme de mi
y llenarme
de esa sustancia
que formamos nosotros.
El número atómico del oxígeno
es el número del infinito
vaya ironía que en el ahogo
encuentro la iluminación
libre del sabór
ácido-punzante de los días.
Mientras puedo hundirme doy
hasta perder la forma
de mi cuerpo en el tuyo
desdibujando los contornos
enlazándonos
para formar el octeto estable
otra vez infinito,
maldita tendencia
a sentirnos completos.
Quisiera ser
electroquímicamente estable
estructuralmente completa
inerte a tu cuerpo
pero soy siempre
atraída
por fuerzas
de distinta intensidad.