Un ruego por las almas dormidas
un presagio que hoy ilumina el cielo
y enciende las piras,
una flor roja como la sangre
como una alegoría
de la vida con los ojos abiertos;
dicen que lo profano
es aquello que está fuera del templo,
es aquello que está fuera del templo,
a mi me basta el silencio pegado en la piel
para conocer el mundo,
habitar lo sagrado
al pensar en el brillo de las llamas
al decir tres veces tu nombre
para que no te olvides
que te llevo conmigo
dentro de mi corazón asimétrico,
que tu presencia me choca
como una ola fría
y me da fuerzas
me recuerda que hay que estar despierta
que a la vida se sale con el cuerpo
que ser en el mundo
es esta vorágine
de risa y llanto
y que es importante separarse de todo
por un segundo
para tomar impulso.