Te comento que sigo fumando
Philips, y todavía está mi poster de
Amadeo Modigliani pegado en la pared. Las repisas son un desastre, hay te de jazmín tirado por el piso, la máquina de escribir está tapizada de polvo y una que otra telaraña cuelga del techo. La yerba
Taragüi que deje en Diciembre, sigue intacta. En la caja azul, arriba de todo, sigue estando el papelito cuadriculado en el que anote el principio de un cuento "
Al entrar en la habitación, sintió el frío y se le erizó la piel..."
Así que... exceptuando el hormiguero que se instaló en el segundo cajón del escritorio, y la ausencia de tu boca, estoy
en mi salsa.