Ese vértigo de nombrarte, de traerte de nuevo a la vida. Es como si volviera a ver tus ojos entrecerrados, tu piel blanca como un espejismo. Que existas significa que existe la muerte, que el tiempo pasa, que lo perdido no vuelve. Que existas es la taquicardia, el corazón apagado, la fiebre, la escarcha, los días quietos, las noches iluminadas por una lámpara anaranjada. Me horroriza encontrar tu letra en una carta, o volver a escuchar esa canción, cualquier canción, tu voz, mi propia respiración en el silencio.
Siento, que no he aprendido nada del tiempo, y que nunca aprenderé nada de nada.
09/17
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