Estás cantando una canción que quisiera poder
retener en mi cabeza,
mientras miro
los carteles iluminados
que dan la impresión de estrellas
que brillan con la lluvia. En esta noche
tu piel resplandece con un halo magnético, que invoca a la tragedia.
Siento que esto
es todo lo que queda,
ya dichas las palabras,
ya acunados los cuerpos,
ya aceptadas las derrotas...
y aún así,
no podemos despegarnos de este instante,
que es el último,
que es el único que sobrevive al desgarro,
que en su corta duración
se hace infinito; como cada día que toqué tus manos
y besé tu boca,
y cada noche
que dormí a tu lado
como en un barco que se hunde.
Pero incluso en la desdicha existe la belleza. La parcialidad de tu cara iluminada,
la fragilidad de mi piel estremecida,
el tictac de los relojes del mundo,
los niños soñando en sus camas,
y las flores cerrándose en un pliegue
de movimientos botánicos.
31/08/2018
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