Las tardes chorrean
su ácido
sobre mi,
y yo me quedo,
quietecita.
28 agosto 2011
26 agosto 2011
Vuelos -
La mano derecha busca en el interior del bolsillo, tosca, lenta. Gira la piedra, iniciando el fuego, que prende el cigarrillo, que sostiene la mano izquierda a la altura de los labios; que se aprietan y succionan, los ojos se cierran.
La brasa del cigarrillo brilla en la oscuridad cerrada de aquel rincón del mundo, tan oscuro como el universo; y a ella la invade una tristeza tan profunda y helada como el fondo del océano.
La mujer decide, que es momento de cambiar algo... de salirse de la circunferencia del círculo vicioso del dolor; colocarse en el centro, o en los arrabales, pero salirse de ahí.
Abre los ojos, tratando de distinguir entre la oscuridad las formas, los relieves, las texturas. Trata de que la brisa, la atraviese y la disuelva, transformándola en una sustancia más leve que el mismísimo aire. Observa el paisaje, vacilante. Levanta la mano izquierda, y juega a tapar las luces de las ventanas con los dedos congelados. Sonríe, se alegra de estar finalmente en las alturas, después de haber vivido en las profundidades del sufrimiento.
En un recóndito rincón de una ciudad oscura, de un país turbulento ubicado al sur de un planeta, encerrado entre algunos paralelos y otros tantos meridianos; una madrugada de Septiembre, una mujer inclina la cabeza hacia atrás y salta al vacío.
25 agosto 2011
Ceremonia secreta
Te vi unos minutos, apenas, ahí parado. Me aparecí de entre las sombras y guardé silencio. Nunca te había visto tan humano como hoy... y para serte sincera me asustó un poco. Desde que te conocí fuiste como un superhombre, arrasando con el mundo a tu paso; y hoy estabas así, como un capullo de florcita cerrado en la noche, acurrucado por el frío con los ojos salados.
Quise acercarme a vos, intimar con el calor sereno del contacto, pero llegar hasta ahí era imposible. Y así estuvimos, los dos solos entre tanta gente, frente a frente por algunos segundos que parecieron vidas enteras.
Ahora en casa, siento tus pupilas fijas en las mías… el impulso secreto de mi cuerpo de contener al tuyo, el fallido de haber ido sola y haber vuelto más sola.
Motivos para enamorarse.
Porque él me había preguntado, qué hacía una argentina sola en un bar de Madrid la noche de un martes de agosto; y yo le había dicho 'tuve sed y salí a tomar una copa' empinándome un trago. Porque me preguntó qué edad tenía cuando empecé a escribir, y qué día había dejado de esperar a mi padre.
Me enamoré de Charly porque no me invitó un trago. Se sentó en mi mesa y mirándome fijo arrimó un cenicero, prendió un cigarrillo y me ofreció otro. Me enamoré de él porque me llevó a mi casa en bicicleta y no quiso entrar; "anda con cuidado, guapa" me dijo.
Me enamoré porque todos los días me dejaba una carta en el bar de siempre, diciendo que volviera a la Argentina, que no estuviera sola y frágil en el extranjero. Porque por las noches me invitaba café y no cerveza.
Me enamoré de Charly porque en su última carta decía, que me seguiría hasta el fin del mundo si yo me iba de España, pero que hacerlo sería absurdo; y que nunca nos volveríamos a ver... "Anda con cuidado, guapa" firmó.
24 agosto 2011
Sobre Remolino Mezcla II
Ignacio:
Es sacar un pasaje gratis a tu corazóny bucear en los cajones de la memoria
que paso por tus ojos...
Nosotros
entenderías muchas cosas...
Entonces sería tiempo de acercarnos, solo un poco más, algunos pasos;
y sentir tu piel en la mía y mi piel en la tuya.
Hace tiempo te miro dormir,
y me asombra que sigas siendo un misterio tan indescifrable para mi.
En la pared de la habitación, justo sobre la cama escribimos:
"El amor es un juego tan simple, que siquiera tiene reglas"
y por muchos otoños nos dedicamos a jugarlo y jugarlo,
hasta quedar exhaustos, boquiabiertos, rendidos.
Ahora el invierno me congela el cuerpo y tu ausencia me carcome los sesos.
En el placard aún queda una de tus camisas, y en mi piel la sensación de tus dedos rozando.
Una vez te dije que cuando te fueras, yo entendería muchas cosas.
Entonces sería tiempo de reconstruirme y saberme sola conmigo.
El amor no es para siempre si uno no quiere que así sea,
el amor brilla y se apaga como los foquitos de luz de las estaciones.
Yo te vi amándome hace unos años, me quedé ciega de tanto amor sincero,
y después te fuiste.
No puedo decir que entonces todo era mentira, o que ahora lo sea,
simplemente el amor es un momento y dura lo que dura.
Como escribo
Escribo como hablo. Hablo hasta por los codos pero me lo tomo en serio.Hablo como libro de auto ayuda, con mucha metáfora y esas cosas.
Me tomo en serio el impacto de las palabras, las pausas, los "sostenidos"...
Obituario
como la primavera
que arrasa y se mete por todas las ventanas
al mismo tiempo.
Hace unos meses la muerte me anda rondando,
yo la esquivo
y le digo que no ha llegado mi hora...
Y ella se va llevando, uno a uno
a los que andan cerca.
Entre tanto yo sigo corriendo,
por laberintos, escaleras y puentes,
huyendo de ese punto final
que no quiero que me encierre y me deje tiesa.
Yo solía ser como un huracán de flores rojas
amarillas y naranjas
y ahora camino, con un ramo en una mano
y el corazón en la otra.
Entre escritores.
Matías: totalmente
Tália: jajaja, why?
O si ves cine con algunas de los hermanos Cohen, no sabés para donde van a agarrar, funcionan de manera rara..
Mirá esto, lo escribí mostrando una porción pequeña de las cosas, intenté.
Tália: tu problema es ese, que intentás, tendrías que dejar que las cosas salgan solas. La literatura no se hace, sucede.
23 agosto 2011
22 agosto 2011
Carta Pública VII
Aunque el tiempo haya pasado, me miro al espejo y veo la misma desesperación en mis ojos, y esa desesperanza que no quiero que me coma viva hasta matarme.
Se que soy la misma porque me siento la misma, pero me veo las fallas... creo que sabes que siempre fui una experta en encontrarme defectos, y se bien por qué y me duele "crecer" y entenderlo.
A estas alturas, no se si valdría la pena enroscarme hacia atrás, y explicarte tantas cosas que no tienen sentido ahora... que tal vez, o tal vez no, hayan determinado ciertas actitudes en vos, o las hayan reforzado, o vaya uno a saber. Pero si vale la pena escribirte esta vez, aunque me hayas dicho hace mucho que leerme te confunde o te deja un poco mal.
Me gusta pensar que el tiempo, además de desgastarnos e irse llevando nuestra vida, nos hace crecer y entender las cosas al mirarlas desde lejos con una lupa; aunque en estos tiempos que corren, corren o la que corre soy yo, ya no se... no tengo casi ninguna certeza.
En el fondo de la cajita de las cosas que decir, o hacer, o pensar; queda una sola palabra que no se dice, ni se hace, ni se piensa: QUERER.
Desde que me conociste, cuando yo era Natalia, Nata, Nati o como fuera; mi vida siguió dándose vuelta, llevándome más abajo y más arriba que nunca, para variar. Y me pareció tierno, que en este momento, el de estar abajo, yo pienso en vos de repente y no espero que me des la mano para levantarme un poco ni nada de eso, siquiera espero que me dediques una respuesta para saber que te llegaron mis palabras... lo único que espero es que te sientas querido.
Cada tanto uno llega al fondo y a lo mejor entiende que la vida es un segundo, seguido de otro segundo y de otro más; y así hasta el final de los tiempos... y que cada uno de esos segundos puede cambiarlo todo radicalmente.
Yo ando por esas latitudes hace un tiempo largo, digiriendo la posguerra de la vida, acostumbrándome a que las cosas son de una manera que no me gusta que sean pero no hay nada que hacerle. Y desde acá abajo pienso en vos, y en tu decepción para con el amor y esas cosas... y me pongo encima el kilo de ego que dejé atrás y pienso que a lo mejor yo para vos fui una decepción enorme, y te pido perdón desde el corazón por haberte sumado ese peso, por haber contribuido a esa idea que tenías del cariño efímero.
Yo me encontré con eso de frente y me decepcioné enormemente, y desde entonces ando sufriendo como nunca había sufrido y comiéndome esa tristeza para mantener la frente en alto y los pies sobre la tierra. Entonces se me ocurre escribirte, ya que ando pensando en vos hace mucho tiempo. Se me ocurre escribirte y decirte que te quiero, así sin más vueltas y explicaciones y palabras idiotas que siempre están camuflando esas ocho letritas.
Te quiero, te quiero mucho y te pido perdón por haberte lastimado, o decepcionado, o lo que haya sido. Te quiero y te lo repito para que entiendas, que no sé qué hice mal, que hicimos mal, que faltó o que sobró, pero no exagero si digo que yo hoy estoy acá escribiéndote esto; porque vos ayer estuviste ahí sosteniéndome la mano, y eso vale, vale muchísimo.
Podría seguir escribiéndote por horas, siento que tengo tanto que decirte. Siento como si te hubieras ido de viaje y de repente me enterara que estas viviendo en frente de mi casa, y me invaden estas ganas de salir corriendo a decirte que tenés que saber que yo siempre te quise y que te quiero, que te aprecio como aprecio a pocas personas y que eso no es algo que te dicen todos los días, o tal vez si, si tenés suerte.
Podría seguir escribiéndote por horas y repitiéndote todo esto, pero en fin, no te escribí para justificarme, sino para que te sientas querido por un ratito, un ratito más.
Pausa
Apretar las muelas no duele tanto como dicen, pero pesa más de lo que nadie puede llegar a explicarte.
Respirar profundo no calma, pero da vida. Contener la respiración asfixia.
Yo nunca supe distinguir bien, una cosa de la otra; si llorar es sentir o sufrir, si reír es desahogar o disfrutar.
Estar así, caminando por esa delgada línea, entre la calma y lo que daña.
21 agosto 2011
20 agosto 2011
En este momento, no me estoy sintiendo bien...
y no hay palabra que me calme el alma,
ni foto vieja que me borre la decepción.
Necesitaría, necesitaría tanto un gesto de amor
que quisieras, tal vez, cuidarme un poco,
estar conmigo un rato nomás.
No importa tanto lo que hagamos,
siquiera espero que me des soluciones...
solo quisiera, esta vez, un ratito,
un ratito para que estés conmigo.
Un abrazo que me diga que no todo es inflamable,
que el corazón no se hizo para estar roto,
que las promesas, a veces, si se cumplen,
que no me voy a sentir así de sola toda la vida.
Y es que necesito creer, tener esperanzas,
no sentirme tan, tan mal.
18 agosto 2011
Sobre el desengaño, fragmento.
El océano es profundo y helado. Y ahí estoy, sentada en el fondo, experimentando el silencio de la soledad cruda. Aprieto los párpados, muy fuerte, y siento en la boca la sal de las lágrimas, en el fondo del abismo.
Arriba, mucho más arriba, hay luces, colores, sonidos; pero no acá… tan abajo que las luces se apagan, los colores se destiñen y los sonidos se silencian. Estar solo es así, se siente así; duele y lastima así, como el agua helada, como millones de agujas clavándose en al piel al mismo tiempo, sin tregua. Como el último aliento escapando del cuerpo y dejándonos sin esperanza; hundiéndonos por el peso de la carne, sin la ligereza de la ilusión del alma.
Hace días que estoy así, en el fondo, sintiendo el olor de mi propia putrefacción, enredándome en pensamientos que me mantienen atada al ras del suelo, casi rozándolo. Y ya no se, cuanto más soportará mi cuerpo, sin la calidez de un corazón latiendo.
La pasión de decir /2
Ese hombre, o mujer, está embarazado de mucha gente. La gente se le sale por los poros. Así lo muestran, en figuras de barro, los indios hopis, de Nuevo México: el narrador, el que cuenta la memoria colectiva, está todo brotado de personitas.Eduardo Galeano, fragmento de El Libro de los abrazos.
17 agosto 2011
AMOR
Hoy un amigo me mostró dos fragmentos de El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano. Mañana voy a comprarlo en la librería de siempre, y me lo voy a comer vivo. A ver si un golpecito de perfecta literatura me hace recordar que el amor es eso; el motor que mueve al universo, lo que hace correr la sangre en las venas, lo que motiva a un cuerpo a salir de la cama en la mañana helada de un día gris.
Veremos.
16 agosto 2011
Carta pública VI
Si te duele el corazón y yo no tengo la cura, ¿cómo hago para ayudarte? Si no tengo los años, ni las vivencias suficientes para darte un consejo que valga la pena, ¿qué te digo? Si no tengo la fórmula para arreglar los errores del pasado, ¿cómo te muestro que queda un futuro que construir? Si tu angustia me parte el alma, ¿cómo hago para que te duela menos?
Toda mi vida te ocupaste de hacer eso por mí... de ayudarme en cada cosa que pudiste, de aconsejarme con la palabra justa aunque doliera y no quisiera escucharte; de hacerme saber que no importaba cuántas veces me equivocara, que siempre había tiempo para cambiar las cosas y vivir la vida que quería; que no importaba si me dolía el alma, vos siempre me ibas a contener en tu abrazo.
No se qué hacer, mamá, más que darte mi amor y esperar que las cosas pasen.
Te amo.
Oraciones.
Hace unos años te pedí la fuerza para soportar todo esto, no se si me la diste, pero todo tiene un límite y estoy llegando al mío.
Hoy, ya no pido fuerzas sino más valentía; para abrir la puerta, salir, y cerrarla para siempre.
15 agosto 2011
Policial -fragmento.
Fueron las ocho horas más largas de mi vida, hacía mucho frío y el lugar era horrible. Daba la impresión de que no habían cortado el pasto en años, al caminar se me enredaban los zapatos en los yuyos, que despedían un olor putrefacto a animal muerto y huevos podridos.
El terreno era grande, no se podía divisar bien el fondo desde el portón de entrada, solo un montón de árboles viejos, resquebrajados y altos. La casa dejaba mucho que desear, descuidada y fuera de época, daba la impresión de un cuadrado tosco insertado en el medio del terreno.
La cinta policial cercaba todo el perímetro, varios móviles cortaban la calle del frente; y un gordo inmenso, enfundado en un traje de policía, impedía el paso a la finca.
Mientras miraba por el vidrio del coche, impaciente, recordaba que apenas aquella mañana había estado en once, comprando telas y botones… ¿Dónde estaría mi bicicleta, en qué lío me habría metido esta vez?
Me indicaron que bajara del auto y seguí a los dos detectives hasta el portón de entrada, al llegar ahí nos detuvimos. El más alto de los agentes le dijo algo al oído al gordo, quien me miró con un gesto algo despectivo, y se corrió para dejarnos pasar. El portón emitió un chirrido inquietante y se abrió sólo un poco, parecía pesado. Al dar mi primer paso sobre el pasto enmarañado y rancio de la finca, tomé conciencia de la magnitud de la situación; estaba hundido, hasta la garganta.
Escribir
Pero escribir es lo único que hago espontáneamente y que en 20 años nunca deje de hacer"
13 agosto 2011
09 agosto 2011
08 agosto 2011
Mal Humor.
Es lunes y no tengo ganas de que sea nada de nada; ni lunes, ni agosto, ni dos mil once, nada.
Quiero estar en casa, escribir cosas que tengo en la cabeza, quiero terminar de hacer algo alguna vez en mi vida.