24 agosto 2011

Obituario

Yo solía ser como una nave imparable,
como la primavera
que arrasa y se mete por todas las ventanas
al mismo tiempo.

Hace unos meses la muerte me anda rondando,
yo la esquivo
y le digo que no ha llegado mi hora...
Y ella se va llevando, uno a uno
a los que andan cerca.
Entre tanto yo sigo corriendo,
por laberintos, escaleras y puentes,
huyendo de ese punto final
que no quiero que me encierre y me deje tiesa.

Yo solía ser como un huracán de flores rojas
amarillas y naranjas
y ahora camino, con un ramo en una mano
y el corazón en la otra.

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